
Por: Diana León, titular del Sector Energía de la Secretaría de Economía.
La marca Hecho en México es más que un sello: es una declaración de confianza en lo que producimos y en quienes lo hacen posible. En el sector energético, este distintivo impulsa el desarrollo tecnológico local, fortalece la proveeduría nacional y abre oportunidades en mercados globales. Su relanzamiento marca un compromiso renovado con la soberanía productiva del país.
En un contexto global donde la calidad y la resiliencia de las cadenas productivas son más importantes que nunca, la marca Hecho en México es más que un distintivo: es un llamado a promover y consumir lo que se produce en el país. Habla de soberanía energética, de innovación con identidad y de confianza mutua entre el sector productivo, la ciudadanía y el gobierno.


Durante el Simposium de Integración Energética y Contenido Nacional (SIEC) 2025, tuvimos la oportunidad de reconocer públicamente a empresas del sector energético que, con visión de largo plazo, han apostado por la proveeduría nacional. Ese acto no solo fue simbólico: reflejó una política pública activa y decidida para fortalecer la industria mexicana desde su núcleo.
Desde la Secretaría de Economía, el secretario Marcelo Ebrard ha impulsado —y nos ha encomendado— el relanzamiento del sello Hecho en México como una herramienta estratégica para dar visibilidad y respaldo institucional a los productos, componentes y tecnologías desarrollados en el país. Porque en México tenemos un plan, como lo ha dicho nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, y ese plan es consumir lo que producimos: nuestra tecnología y nuestra capacidad de innovar. En el sector energético —en generación, transmisión, distribución y servicios especializados— este distintivo está fomentando un círculo virtuoso: potencia el desarrollo tecnológico local, abre puertas a nuevos mercados y genera empleos con alto valor agregado.
Hoy, más de 40 empresas de sectores clave —incluyendo energías renovables, automatización industrial, manufactura eléctrica y eficiencia energética— han recibido esta certificación. Pero más allá del número, lo relevante es el mensaje: sí es posible competir globalmente desde lo local, con calidad, cumplimiento normativo y compromiso social.
La entrega de distintivos Hecho en México durante el SIEC 2025 fue un punto de inflexión. Diversas empresas demostraron que la articulación entre inversión, contenido nacional e innovación no es una utopía, sino una realidad tangible. En todos los casos, los equipos técnicos y directivos acreditaron procesos de diseño, fabricación y ensamble realizados en territorio nacional, cumpliendo con los estándares de contenido nacional que exige la norma vigente.

















Hablar de Hecho en México es hablar de la confianza en lo que somos capaces de construir como país. Es reconocer el talento de nuestros ingenieros, técnicos, diseñadores, operadores y emprendedores. Es, también, tender puentes entre el presente y el futuro energético que queremos: uno sostenible, justo y con talento mexicano.
Invito a las empresas que aún no cuentan con este distintivo a acercarse, informarse y sumarse. El sello no solo distingue: transforma. Nos recuerda que la industria nacional no es un complemento, sino el corazón de nuestra soberanía productiva. Porque lo bien hecho, está Hecho en México, con manos de hombres y mujeres que ensamblan con el corazón y detallan con amor.

Semblanza
Diana León es titular del Sector Energía de la Secretaría de Economía del Gobierno de México, donde impulsa la política industrial energética con énfasis en contenido nacional, desarrollo tecnológico y atracción de inversión estratégica. Ha promovido activamente la adopción del sello Hecho en México en sectores clave para la transición energética, fortaleciendo la innovación y la competitividad de la industria nacional.